Sionista de mierda!! Vas a morir!!
Este es el nivel de amenazas que recibió el filósofo Alain Finkielkraut el pasado 16 de febrero por parte de individuos del movimiento populista “Chaquetas Amarillas” en Francia.
Si Alain Finkielkraut es o no un “Sionista”, si el Sionismo como ideología merece ser repudiada de esta manera, o si Finkielkraut como individuo merece o no ser abusado con tal violencia, no son temas que desarrollaré en este artículo.
Siguiendo la línea de la “violencia anti-sionista”, el fenómeno se ha vivido repetidas veces en Chile. Vimos uno de los episodios más notorios hace poco más de un año, durante la polémica mundial que se desató por el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel por parte del presidente Trump. “Muerte al Sionista y al Imperialista” decía el cartel de los manifestantes de la extrema izquierda chilena (Unión Patriótica, Partido Comunista Acción Proletaria, liderados por el ex-candidato a presidente Eduardo Artés).
¿Es el anti-sionismo una forma de anti-semitismo? Puede que me refiera a este asunto en el futuro cercano. Por ahora, enfoquémonos en SION.
En contraste…
Los seguidores del movimiento Schoenstatt quizá reconozcan uno de los santuarios, ubicado en la comuna de La Florida, llamado “Santuario Sion de la Trinidad“. Como es de preferencia con los santuarios Schoenstatt, el santuario Sion tiene una ubicación retirada de la ciudad, al pie de las montañas y rodeado en vegetación, convirtiéndolo en un lugar tan pacífico que contrasta radicalmente con la violencia que vimos en los ejemplos arriba.
Santuario Sion de la Trinidad
Ahora, cuando hablamos de Sion es difícil no recordar la mítica canción de Bob Marley & The Wailers, Iron, Lion, Zion y por supuesto Zion Train. También en contraste a lo anterior, hay pocos géneros de música tan melódicos y relajantes como el Reggae.
Para los conocedores de la cultura pop, la palabra Zion inmediatamente recuerda el escenario post-apocalíptico de la (también mítica) película Matrix: Reloaded (2003), donde Zion es el nombre de la última ciudad verdaderamente humana y libre de máquinas. Zion, una enorme cueva subterránea, es el lugar donde los humanos han vuelto a ser humanos en toda su libertad y carnalidad, y desde donde se organiza la resistencia contra el dominio de las máquinas.
A primera vista, la idea de “Sion” parece cortar entre paz y violencia, libertad y opresión, paraíso e infierno.
Es evidente que todavía en el año 2019, “Sion” gatilla para muchas personas sentimientos de naturaleza diversa e intensidad variable, dependiendo de quién la usa y en qué contexto.
Pero, ¿de dónde viene la palabra exactamente?
Me pareció interesante escribir una serie de columnas sobre este concepto simultáneamente antiguo y moderno, tan presente en nuestra vida diaria, tan manoseado por distintos grupos ideológicos, y a la vez tan lejano, confuso y desconocido para la mayoría.
Y su origen, como veremos, podemos rastrearlo hacia el Oriente Antiguo.
