¿Se puede ser pro-palestino y moderado?

La presente columna es una respuesta al señor Pablo Jofré Leal, tras la siguiente secuencia de publicaciones:
- http://www.eldesconcierto.cl/2018/12/15/carta-abierta-a-latam-manifiesto-mi-repudio-al-reportaje-sobre-israel-por-su-afan-racista-y-colonial-del-sionismo/
- http://www.eldesconcierto.cl/2018/12/17/replica-a-carta-abierta-de-nadia-silhi-a-latam-en-chile-no-es-posible-mencionar-la-palabra-palestina-o-israel-sin-desatar-polemica/
- https://www.eldesconcierto.cl/2018/12/25/carta-respuesta-a-la-replica-de-victor-toledo-latam-al-promocionar-tel-aviv-invisibiliza-palestina/
La última de estas publicaciones es una transcripción del programa radial “Sin Fronteras” disponible aquí : https://radio.uchile.cl/programas/sin-fronteras/502903/(minuto 29:30)
La publico en mi blog personal, para no seguir saturando al diario El Desconcierto de una temática marginal en el espectro de asuntos nacionales. Y ya que no fue suficiente responderme por un solo medio (la radio) sino que dos (su réplica en el Desconcierto), ésta polémica ya alcanza un carácter ad hominem.
1: mi réplica a la carta de Nadia Silhi trataba un asunto muy específico: ¿Está LATAM cometiendo alguna falta moral al promocionar su vuelo directo a Tel Aviv? Podemos tener opiniones discrepantes al respecto, pero en ningún caso era mi columna un “Manifiesto” de mi postura política respecto a las distintas aristas del problema palestino-israelí.
2: Usted denomina “Palestina histórica” a “Israel”. No importa como usted la llame, señor Jofré. Puede llamarle Arabia Petraea a Jordania, Virreinato de Nueva España a Mexico y EEUU, puede hablar de Unión Soviética, de Yugoslavia, y puede decir Constantinopla en lugar de Estambul. El estado de Israel existe y va a seguir existiendo; y para bien o para mal, los procesos históricos han determinado que sea Israel el estado que hoy controla las fronteras de la Palestina histórica. El hecho que yo hable con tanta claridad no me convierte en un “Sionista” ni demuestra una intención de invisibilizar la historia de Palestina. Será imposible negociar si cada lado continúa negando la existencia y legimitidad del otro.
3: Y ya que estamos hablando de nombres… note usted en mi articulo que yo nunca escribí “Yafo” al modo hebreo. Escribí “Yafa”, pues en árabe el nombre de la ciudad se escribe con una Yaa, una Alif, una Faa, y una Alif. La escritura “Jaffa” que usted defiende tiene un origen más bien Europeo. Aclarado esto, lo que sí me llama la atención es su cuidado por decir “Al Quds” y “Al Khalil”. Yo al menos, no tengo problema con honrar los nombres árabes, pero es evidente que usted intenta invalidar los nombres Jerusalén y Hebrón, los cuales -le guste o no- están en uso desde tiempos bíblicos, tanto por judíos como por cristianos. El hecho que yo recalque la validez de estos nombres no me hace cómplice del trato injusto que reciben los residentes árabes de dichas ciudades.
4: En un punto estamos plenamente de acuerdo. Estoy consciente de que algunas instituciones de estudio arqueológico manipulan la evidencia (voluntaria o involuntariamente, directa o indirectamente) para fortalecer la pertenencia “judía” de la tierra, y difundir un discurso sensacionalista pro-sionista hacia las masas que creen en el Dios de la Biblia. Los residentes palestinos son los que sufren las consecuencias. Especialmente influyentes en esta perversa operación son las adineradas agrupaciones evangélicas estadounidenses. Se me ha acusado de “Sionista”, pero nada puede estar más lejos de la verdad. Como científico y librepensador, mi rechazo a la manipulación histórica con fines nacionalistas es rotundo. Sin embargo, también me consta que existen instituciones israelíes que hacen arqueología responsable y basada en pensamiento crítico, sin ideologías preconcebidas.
5: ¿Por qué fui crítico con las ideologías de izquierda? En el siglo XXI, la debilitada izquierda chilena vuelve a empoderarse al reunir una ensalada de enemigos inconexos: el neoliberalismo, la clase empresarial, conservadores en temas de género y familia, fuerzas armadas y policiales, Estados Unidos e Israel. El vocabulario que usted ocupa, señor Jofré, es propio de un marxismo romantizado por poesía elocuente: “el pueblo palestino, (…) , lucha día a día (…) Una Palestina indomable, que haciendo uso de todas las formas de lucha resiste, para gloria de sus hijos e hijas y para la admiración de todos aquellos que creemos que más temprano que tarde Palestina será capaz de alcanzar su plena libertad.” Este discurso apela más a la emocionalidad que a una realidad tangible, y no resiste ningún análisis racional. Israel es pintado como el villano absoluto, y el pueblo palestino, que lucha heroicamente, es la víctima absoluta. En vocabulario marxista, hay un opresor y oprimido. O esto busca hacerle creer a sus auditores.
No deja de impresionarme lo lejos que son capaces de ir los ideólogos de izquierda para demonizar a Israel mientras santifica a personajes como el Che Guevara, Allende, Chávez y Maduro. Nunca he escuchado una feminista hablando de los derechos sexuales en Irán, nunca he escuchado un allendista criticar otros regimenes militares. Esto se llama moralidad ambigua, al servicio de una ideología preconcebida.
Yo en cambio, como librepensador, sí estoy muy dispuesto a hablar de los crímenes en los que el sionismo se ha visto involucrado, y sí estoy dispuesto a criticar el liderazgo israelí. Puedo “entender la psicología” detrás de los ataques a civiles israelíes, así como puedo “entender la psicología” de querer proteger a la población con un muro de seguridad.
¿Pero está usted, señor Jofré, dispuesto a hablar de los crímenes de Hamas o al menos, del liderazgo corrupto de la ANP? Cuando los pro-palestinos dicen “Palestina será libre”, ¿se refieren al modelo egipcio, jordano, o sirio? Los palestinos nunca serán libres bajo un régimen de Hamas. Y recuérdeme, ¿cuántos años lleva Abu Mazen en el poder? ¿Una nación bajo dictadura puede ser considerada “libre”?
6: Usted afirma que LATAM invisibiliza Palestina al promocionar Tel Aviv. Yo digo, señor Jofré, que todo lo contrario. Una aerolínea comercial no tiene por qué involucrarse en temas políticos.
Si la ciudad promocionada es Tel Aviv, no tiene ninguna obligación de mencionar a Palestina. Si bien la apertura y promoción de un vuelo directo puede ayudar a VISIBILIZAR Palestina, esta responsabilidad no cae sobre LATAM.
Por esto que en mi columna incentivé a que la gente vaya a visitar no sólo Tel Aviv, sino también los territorios palestinos, lo que usted tanto agradeció con tanto sarcasmo. Mencioné a los asentamientos en territorios ocupados porque me opongo firmemente a ellos. Aun así, no creo que el BDS y la censura aporten algún beneficio. El futuro del pueblo palestino está en el progreso económico y en una sociedad secular, liberal, y democrática (siempre una propuesta difícil en Medio Oriente). ¿Qué haría yo? ¡Aprovecharía los vuelos a Tel Aviv para promocionar el turismo palestino ahora más que nunca! La cultura palestina necesita brillar. La economía palestina necesita estímulo. El Estado Palestino debe velar por el bienestar de su propia gente en lugar de recibir “donaciones” que terminan en los bolsillos de Hamas o Abu Mazen. Palestina necesita limpiar su nombre en Chile y el mundo, pues la gente que no sabe nada de Palestina inmediatamente asocia el nombre a terrorismo, a encapuchados envueltos en keffiyes, manifestantes en la calle, y un sentimiento de identidad étnica tan intenso que llega a ser violenta. Palestina tiene mucho turismo que ofrecer, pero si el único objetivo del tour es relatar la Nakba, queda claro que lo único que se busca es adoctrinar.
Creo en el progreso de los palestinos, a través de la coexistencia y en la cooperación con Israel. Esa era mi idea cuando arriesgué mi tiempo y mi capital para importar la cerveza Shepherds, hecha en Palestina por palestinos. Nunca pensé que sería un negocio lucrativo en Chile; pero quizá, al menos, sería un humilde aporte a la economía del estado palestino. La cerveza Shepherds era mi proyecto, hasta que fue saboteada desde adentro por un grupo de chileno-palestinos, tras un ataque en redes sociales contra mi persona. Ahí es cuando me di cuenta, señor Jofre, que a las instituciones que en Chile se han apropiado del nombre Palestina (la Federación Palestina, la UGEP) no les interesa ayudar. Tampoco les interesa mostrar que entre todo el sufrimiento, también existen historias de progreso y alegría en Palestina, siendo justamente la cara que atraería más turismo. Sólo les interesa que su discurso siga moviendo los sentimientos de las masas; pues con ésto ellos se llenan los bolsillos.


