El pasado miércoles 20 de marzo 2024, a las 00:06 hrs (hora chilena) fue el equinoccio, que en el hemisferio sur marca el cambio de estación de verano a otoño.


Para las civilizaciones antiguas, no fue difícil observar que por períodos de 6 meses, el día era más largo que la noche, y que durante los seis meses que seguían, la noche era más larga que el día. Este ciclo repetitivo es lo que conocemos conceptualmente como un “año”.

La proporción de las 24 horas que tienen luz solar va lentamente aumentando hacia la mitad del primer período, hasta alcanzar EL día que es EL MÁS LARGO del año (con su correspondiente noche más corta del año).

Llamamos a esta fecha el SOLSTICIO DE VERANO.

Después del solsticio de verano, la proporción de horas en que el sol está visible va disminuyendo, hasta que definitivamente se entra al período de noches largas. Marcando dicha transición, lógicamente debía haber una fecha y momento puntual en que la cantidad de horas iluminadas es la misma (aequi-) que las horas oscuras (noctium).

Éste es el EQUINOCCIO DE OTOÑO.

A la mitad del segundo período se observó un día que era el más corto del año (con su correspondiente noche más larga del año) –el SOLSTICIO DE INVIERNO. El período de noches largas finalizaba cuando nuevamente se observaba un día de igual duración que su nocheEQUINOCCIO DE PRIMAVERA– y el ciclo volvía a su punto de partida.

Por lo tanto, el año se dividió en cuatro cuadrantes, y varias culturas seleccionaron al equinoccio de primavera como el principio del año, pues simbolizaba una renovación: el fin del período frío, de la oscuridad y la tormenta, y el principio de la luz y de la vida. Era además el momento de cosechar los alimentos fundamentales de la civilización: granos y cereales.

Técnicamente, el equinoccio no es un día completo sino un instante en el tiempo en que el plano extendido del ecuador de la Tierra pasa por el centro del sol; es decir, que ambos hemisferios de la Tierra -sur y norte- están iluminados en igual proporción.

Esto es lo que ocurrió el pasado sábado a las 6:37 hrs.

El año nuevo astrológico

Otro fenómeno que fue tempranamente notado por nuestros ancestros (ayudados por el hecho que vivían en ciudades sin iluminación eléctrica), fue que en una sola noche podían verse varias agrupaciones de estrellas, en patrones que hoy conocemos como constelaciones, y siempre en el mismo orden.

Y en la duración de un año, por el período de aproximadamente un mes, una de las constelaciones conocidas se ausentaba; su lugar estaba ocupado por el sol.

Entonces, la conclusión de los antiguos astrólogos era que el sol se movía por estas distintas estaciones en el transcurso de un año. (Hoy sabemos que no es el sol el que se mueve sino que la tierra es la que orbita alrededor del sol).

Se designaron 12 estaciones dada la facilidad que tiene este número para dividirse en 4 (cuatro estaciones del año), pero perfectamente podrían haber sido 11 o 13, pues recordemos, las constelaciones son sólo producto de la imaginación del observador.

Así, con el equinoccio de marzo, considerado el principio del año en la antigua Mesopotamia, comienza también el primer mes del año, llamado Nisanu en el idioma acadio de Babilonia. Si lo definimos según el calendario gregoriano, el mes babilonio de Nisanu es prácticamente equivalente al período de “los nacidos bajo el signo de Aries“, considerado el primer signo del año astrológico.

Esto no es casualidad, ya que la Astrología de los doce signos zodiacales fue inventada en Mesopotamia.

Hasta el día de hoy, el calendario tradicional hebreo sigue el modelo Asirio-Babilonio, donde el mes de Nisan (ניסן) se corresponde con el signo zodiacal de Aries. En el Levante árabe también se usa el nombre de Nissan (نيسان), pero dado que allí se usa el calendario gregoriano, corresponde al cuarto mes del año; el que nosotros conocemos como Abril.

Akitu, el año nuevo Babilónico


“Cuando en lo alto…”

Así comienza la epopeya de creación babilónica; la más antigua narración escrita del origen de la Tierra y los seres humanos.

Era el “Génesis” de personas que vivieron más de mil años antes que se escribiera la Biblia. 

Bajorrelieve asirio interpretado como “Marduk lucha contra Tiamat”, escena del Enuma Elish.

El nombre por el cual conocemos esta obra literaria es “Enuma Elish“, las palabras en acadio de las primeras palabras, “Cuando en lo Alto“. Las palabras “Subir” (la’alot), “Subida” (‘aliyá) y “Arriba” (le-ma’la) y “Alturas” (ma’alot) en hebreo moderno vienen de la misma raíz “ע-ל-ה” (‘a-L-á) que la palabra “Elish” del Acadio; ambas lenguas semíticas íntimamente emparentadas.

Siguiendo en la línea de las culturas del antiguo oriente, la tradición judía celebra el año nuevo “civil” en Septiembre-Octubre; festividad denominada “Rosh ha-Shanah” (ראש השנה) -“principio del año”.

El hebreo “Rosh” y el árabe “Ras” (رأس) también significan “cabeza”, y ambos vienen del acadio “Reshum“. Por lo tanto, “cabeza del año” en sentido figurativo.

Sin embargo, en el calendario de las festividades religiosas, la Biblia hebrea dice que:

“Este mes os será el principio de los meses; para ustedes será este el principio de los meses del año”

Aquí, Éxodo 12:2 se refiere al mes bíblico de Aviv (sí, como “Tel Aviv”) el cual después del cautiverio en Babilonia pasó a llamarse “Nisan“.

En Babilonia, donde la aristocracia judaíta pasó dos o tres generaciones en exilio, el festival de año nuevo o Akitu duraba doce días, comenzando el 1 de Nisan.

En otras palabras, el pasado Sábado habría comenzado el festival de año nuevo en la ciudad de Babilonia, hace unos dos mil seiscientos años.

Pero, por supuesto que las fechas nunca son tan exactas. Hay que tener en cuenta las inexactitudes de los astrónomos antiguos, los calendarios lunares versus los solares, y el calendario juliano versus el gregoriano, pero el 1 de Nisan debería, en teoría, corresponder al evento astronómico del Equinoccio de marzo. Pero en la práctica, y dependiendo si es el conteo asirio o hebreo, cae en distintas fechas del calendario gregoriano, siempre entre fines de marzo y principios de abril.


En el festival de Akitu el pueblo se reunía en Esagila, que era el templo dedicado a Marduk, el principal dios de Babilonia. Los sacerdotes recitaban el Enuma Elish, pues el 1 de Nisan era también considerado el primer día desde la creación del mundo. 

Akitu, hoy

A pesar de que la mayoría de los iraquíes se identifica como árabes, Iraq ha sido históricamente una región multi-étnica.

Una de las minorías no-árabes de Iraq es el grupo que hasta el día de hoy se identifica como “Asirios”. Su religión es Cristiana (no de la iglesia Católica sino iglesias del Este); y su idioma es el arameo.

En tiempos modernos, el pueblo asirio ha pasado muchas dificultades. Es importante mencionar el llamado genocidio asirio por parte del imperio otomano, durante la primera guerra mundial.

En décadas recientes, los asirios de Iraq empezaron a ser perseguidos por fundamentalistas suníes desde el principio de la guerra con EEUU (2003-2011). Posterior a la retirada de las tropas americanas (2011), los asirios sufrieron una verdadera limpieza étnica perpetrada por el grupo ISIS, el cual operó en la región de Nínive entre 2014 y 2017.

Se calcula que la comunidad asiria de Iraq se ha reducido más de dos tercios, ya sea como resultado de violencia, expulsión, o salida voluntaria.

El país que hoy aloja mayor cantidad de asirios es EEUU, contando casi 400.000 principalmente en los estados de Michigan, California e Illinois.

Los asirios también usan el nombre Akitu, o alternativamente, “Kha-B-Nisan” (“Primero de Nisan” en arameo). Como ejemplo, les dejo este afiche de la comunidad asiria de San Jose, California, la celebración del Año Nuevo Asirio 6774.

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