Latinoamérica y la Idiosincrasia de la Ignorancia

Como pueden leer en la Misión y Visión de Oriente Antiguo, una de las razones que me motivó para crear esta iniciativa es mi apreciación (¿subjetiva?) de que el mundo latinoamericano está muy por detrás del “primer mundo” euro-angloamericano, en materia de educación, intelecto, e interés general por la lectura.
Mi hipótesis diagnóstica es que en Chile -y extrapolo a gran parte de latinoamérica- no existe cultura intelectual. ¿Qué significa esto?
Como ejemplo, nada puede ser más representativo que la reunión social promedio, sea de familia o amistades. “¿Qué deporte estás haciendo?” es una de las preguntas más típicas. En contraste, son muy insuales las reuniones que incluyen la pregunta “¿Qué libro te has leído recientemente?”
Casi todos tenemos una “actividad extra-programática”. Algo que hacemos más por disfrute que por obligación. Andar en bicicleta, subir cerros, tocar guitarra, ver series, escuchar música, incluso, leer el diario o jugar videojuegos.
Fíjense en el siguiente contraste: si eres muy hábil y experimentado en uno o más deportes, nadie pondrá caras si te haces llamar un deportista.
Pero, ¿qué pasa si tu “Hobby” es simplemente, investigar? Leer, aprender, de los más diversos temas del conocimiento humano. Esa actividad “aburrida” que hacíamos por obligación en el colegio o la universidad. ¡Estudiar, por gusto! ¿Es siquiera concebible algo así?
Si eres de los pocos que encuentran deleite en la simple actividad de estudiar, si lo que más te gusta de la vida es el entendimiento de las cosas, entonces, casi por definición, cumples los requisitos para ser llamado un intelectual. O al menos “te inclinas a intereses intelectuales”.
Vamos un paso más allá. Si sabes muchas, muchas cosas, de una diversidad de temas del conocimiento humano, producto de tus años de dedicación a la lectura y el estudio de las respectivas disciplinas académicas que han sido tu interés, no veo el problema con que te seas indentificado como un “erudito“.
Ah! Pero anda a decir en una reunión social que eres un intelectual o un erudito. La cultura local obliga a burlarse de quien se identifica con esos términos, en lugar de responder con interés, admiración, o por último con respetuoso escepticismo para juzgar si esa persona realmente es lo que dice ser.
Ser un sabelotodo no es cool. No es interesante excepto para unos pocos. Quieres evitar a toda costa ser calificado como un nerd, un narcisista o un snob. De manera que, para no aburrir al resto, prefieres mantener silencio, por lo que al resto le parecerá que no tienes tema de conversación.
En fin, ya vemos el enorme efecto que tiene nuestra programación sociocultural sobre este asunto. Ahora pasemos a examinar uno de los más importantes aspectos de la cultura: el lenguaje.
Traducciones imperfectas
Esta nota resulta de de mi propia observación, de que ciertos conceptos en el idioma inglés no tienen traducción exacta en castellano, resultando en una limitación del lenguaje para transmitir adecuadamente dichos conceptos. Aclaro por supuesto, que no soy linguista, y que mi análisis está abierto a la subjetividad propia de la semántica, y a contraargumentos que puedan presentar personas más aptas que yo en esta materia.
Dicho eso, revisemos las traducciones de los siguientes conceptos en inglés:
Literacy: Se traduce al castellano como “literatura, alfabetismo, conocimiento práctico”. Sin embargo, ninguno de estos términos es preciso para traducir Literacy, que significa, en su sentido más simple, la habilidad para leer y escribir. En este primer significado, sería correcto usar la palabra “Alfabetismo”, aunque, si lo pensamos, casi nunca usamos esa palabra; más bien usamos su opuesto: “Analfabetismo” (interesante que el negativo sea más usado que el positivo, ¿no creen?). Pero en un significado más avanzado, Literacy significa tener competencia o conocimiento en algún area específica; ser muy “leído”, “instruido” o “entendido” acerca de un tema. Por ejemplo, “Scientific Literacy” es un término muy usado en inglés para hablar del entendimiento general de una comunidad en temas científicos. Es claro, preciso, y conciso; se entiende de inmediato. En el idioma castellano, el mismo término no existe, o podría componerse de manera algo torpe, (¿Entendimiento Científico? ¿Instrucción científica?), lo que, me parece a mí, resulta en una menor conciencia de su existencia, o de su relevancia como indicador de desarrollo sociocultural.
Scientist: La palabra en castellano, el sustantivo “Científico”, no tiene ninguna diferencia con el adjetivo de todo aquello que se relaciona con Ciencia. Vemos en los noticieros frecuentemente la frase “Científicos descubren…” lo cual siempre deja una sensación de distancia, de personas desconectadas con el mundo, que no participan de la misma realidad que las personas “comunes y corrientes” que no son “cientificos”. No es necesario recordar el clásico estereotipo de “científico loco”. Pero la existencia de una palabra dedicada en inglés, “Scientist“, distinta de “Scientific“, permite a una persona que “se dedica a la Ciencia” o que “tiene instrucción en las ciencias”, usar la palabra Scientist con más soltura para presentarse al resto. Pocas veces escucharán en países de habla hispana decir “Soy un Científico“, pero no es anormal en países de habla inglesa decir “I’m a Scientist“.
Scholar : Un Scholar es simplemente, alguien que se dedica a, y de alguna manera vive de, el estudio. Casi siempre -pero no necesariamente- en un contexto académico/universitario. Una traducción posible es “estudioso”, pero al decir esta palabra la mayoría entenderá que se está hablando de la cualidad de un estudiante, lo cual sugiere a un “escolar” adolescente, quien estudia mucho y por lo tanto tiene buen rendimiento en el colegio. Si hablamos de una persona de edad adulta, con varios títulos profesionales y/o académicos, quien no está actualmente en un programa de estudios sino que dedica tiempo al estudio por su propia iniciativa, suena algo extraño llamarlo un “estudioso”. Otra traducción es “Académico”, o “Catedrático”, pero ¿qué pasa si no das “cátedras” en una universidad, y si no formas parte de la academia formal? (por ejemplo, porque no has sido contratado por una institución académica). Los términos “Young Scholar” e “Independent Scholar” prácticamente no existen en la habla hispana. La palabra “Erudito” en castellano se reserva para alguien muy avanzado en su carrera intelectual, y difícilmente podría aplicarse a un “Young Scholar“.
Researcher: El idioma inglés despliega esta conveniente diferencia entre Investigator y Researcher. Un Investigator es una especie de detective, muchas veces asociado al oficio de “Private Investigator“. El Investigator no necesita saber mucho, sólo tener habilidades para seguirle la pista a alguien. Researcher, en cambio, es un término dedicado para quien se dedica al estudio académico, casi siempre con el fin de elaborar una tesis doctoral, o una publicación en revistas indexadas. “Investigador”, en cambio, es un término que abarca ambas variantes, resultando en una situación incómoda cuando la persona se presenta como un “Investigador” al no quedar inmediatamente clara la naturaleza de su actividad.
Learned: Una de mis palabras favoritas del idioma inglés. Adjetivo aplicable a quien “ha adquirido gran conocimiento a través del estudio”. Se puede decir, por ejemplo, para describir las características de una persona que ha leído mucho. “He is one of the most learned people I’ve met“. Sus traducciones son las palabras erudito, culto, docto. Pero en general, el mundo latinoamericano reserva estas palabras para casos “extraordinarios”. Muy rara vez se usan para describir a una persona conocida o cercana.
Reason: Parece fácil, ¿cierto? La palabra Reason en inglés se traduce al castellano como “Razón”. Alguien que “razona” o que “usa la razón” es alguien que piensa racionalmente, en contraste con emocionalmente. También usamos “Razón” para cuando existe una causa o motivo detrás de algo. “Esa es la razón por la cual…”. Esto también ocurre en el idioma inglés “this is the reason why…“. Al fin y al cabo, razonar es “tener buenas razones” para pensar o creer algo. Pero hay un problema adicional en el castellano: también usamos la palabra “Razón” para cuando “alguien tiene la razón”, lo cual significa en otras palabras, que lo que dijo que se corresponde con la verdad. Esto confunde un poco el sentido original de Razón. Los usos más frecuentes de la palabra Razón en castellano son el motivo y estar en lo cierto. Pero en inglés, el principal uso de Reason es para indicar el tipo de pensamiento que forma juicios críticos y lógicos para tomar decisiones o alcanzar entendimiento de algo. Cuando a alguien le dicen en castellano “escucha la voz de la razón”, es como si te quisieran imponer una verdad que tú no compartes, por lo que la reacción natural es al rechazo.
Es Cultura General
Por parte del idioma castellano, es relevante mencionar el rol de la palabra “Cultura“, o “Cultural” en nuestro lenguaje coloquial. (No estoy seguro si es sólo Chile, si son algunos, o todos los países de Hispanoamérica los que caen en la práctica que describiré a continuación). Ocurre que en ausencia de un término más adecuado, se usa la palabra “Cultura” para definir algo así como “conocimiento de las ciencias y las artes que es recomendable manejar”. Cuando alguien tiene entendimiento de múltiples materias se dice de él que es “muy culto”, y cuando alguien es ignorante se dice que “tiene poca cultura”.
Todos son familiares con el término “Cultura General“: las cosas que, según una convención tradicional, todos los miembros de una sociedad debieran saber. Historiadores y periodistas “freelance” pueden dedicarse a las “Charlas Culturales“, una breve sesión donde, para tener éxito y “hacerse un público”, más allá del contenido mismo, el orador debe desplegar plétora de carisma, presentar muy atractivo material audiovisual, e idealmente organizar una verdadera “tertulia social” donde el traspaso de conocimiento se acompaña, por ejemplo, de una copa de vino. Sin embargo, en inglés, no tiene sentido decir “I went to a cultural talk this morning“. “Cultura general” en inglés se dice “General Knowledge”. Conocimiento general.
Nuestra cultura ha desvirtuado el verdadero significado de “Cultura”. Cultura no es “saber muchas cosas”, “poseer mucha erudición”, o “ganarle a todos en el Trivium”. Eso se llama conocimiento. Cultura puede entenderse de muchas maneras, pero cuando yo arriba señalé que el problema de fondo es cultural, me referí a “las ideas, costumbres, y comportamiento social de una sociedad en particular”. La idiosincracia, si prefieren.
En síntesis
La nuestra es una cultura que invisibiliza y desincentiva a quienes quieren dedicarse al saber, a la ciencia y/o al intelecto. El lenguaje es una manifestación de esto. ¿O quizá fue al revés? ¿Fue el lenguaje el nos modeló de esa manera?
En Chile y Latinoamérica hay una escasez de scientists, de literacy, de scholars, de reason, y de learned people.
Pero sí existen personas interesadas en el estudio de las ciencias, las matemáticas, las humanidades y las artes. Personas interesadas en revisar y expandir el tipo de conocimiento que “te enseñan cuando estudiaste en el colegio”. Estas personas tienen dificultad para encontrar términos semánticamente adecuados y socialmente aceptados para identificarse y presentarse ante otros. No tienen palabras para definirse, y como resultado, no existen. Es mi impresión que el término “Cultura/Cultural” pasó a llenar esta necesidad, pero lo hizo de manera imprecisa y disfuncional. Los que deberían ser llamados “eruditos” son simplemente “cultos”.
Son estos contrastes culturales los que Oriente Antiguo dentro de sus objetivos declarados busca equilibrar; no tanto a través del grano de arena que puede transmitirse mediante la enseñanza de datos interesantes, sino más bien, en la siembra del interés y la capacidad de asombro hacia los logros intelectuales de nuestra especie.




