“Herodes rey de Judea” – tertulia en Club de Polo

Ya es Navidad.
Tiempo de celebración en que recordamos una historia ocurrida en la antiguedad greco-romana.
Es la historia del nacimiento del niño Jesús: profeta, mesías y Dios, según la mayoría de las tradiciones teológicas cristianas.
Aproveché la fecha para proponer una conferencia acerca de Herodes el Grande, rey de Judea en los tiempos de Jesucristo , en las conocidas “Tertulias con Contenido” , del Club de Polo San Cristóbal, organizadas por Aníbal Huneeus Page, quien tuvo la gentileza de ofrecerme un espacio el pasado jueves 19 de diciembre.

El rey Herodes es uno de tantos reyes orientales de la antigüedad. Sin embargo, es quizá el más famoso en la cultura occidental-cristiana, a causa de un infame episodio que recordamos especialmente en los días de Navidad.
Se trata de la “Masacre de los Inocentes” ; donde, según relata el evangelio de Mateo, el rey Herodes manda a matar a todos los niños menores de 2 años de la localidad de Belén. Las víctimas de esta cruel matanza son recordadas en el santoral del 28 de diciembre. La Radio Buena Nueva nos cuenta la historia completa, que pueden escuchar a continuación:

Así, el rey Herodes es tradicionalmente visto como el villano; un tirano desalmado, el mal encarnado, e indudablemente, un personaje secundario en la historia de Navidad, en oposición al verdadero protagonista, Jesucristo nacido.
Sin embargo, existiendo múltiples fuentes históricas que hablan de la vida y los actos de Herodes el Grande, el evangelio de Mateo es el único texto que relata este episodio, por lo que la abrimos la Tertulia planteando la interrogante de si la Masacre de los Inocentes realmente ocurrió.
También discutimos brevemente el problema del año específico en que nació Jesucristo, si es posible que haya ocurrido hace 2.019 años, y qué dicen los textos al respecto.
Pero si hablamos de arqueología, el rey Herodes es la persona más visible en toda Palestina, pues en sus más de tres décadas de reinado, mandó a construir numerosas ciudades, fuertes, y edificios monumentales, cuyos restos se pueden apreciar hasta el día presente. El más notorio es la completa remodelación del Templo de Jerusalén, mal llamado “templo de Salomón”.

Mi relación con el rey Herodes es especialmente cercana, gracias a mi experiencia en la topografía de Jerusalén, y mi trabajo de excavación en Masada, la más famosa fortaleza del rey Herodes en el desierto de Judea, y sitio turístico más visitado de Israel.
En conclusión, es cierto que Herodes el Grande tenía una manera algo “extrema” para gobernar su reino, si bien no podemos decir con certeza si la masacre en Belén ocurrió realmente. Su fama como monarca cruel y despiadado está bien justificada.
Sin embargo, cuando leemos los actos de otros monarcas de la misma época, vemos que Herodes no era tan distinto a la regla de la época. Si lo comparamos con reyes helenísticos como los Ptolomeos, los Seléucidas, e incluso los mismos Hasmoneos de Judea, es notorio que son todas dinastías tiránicas bañadas en sangre; no solo de sus enemigos sino de miembros de sus propias familias.
Dejando de lado los prejuicios que nos entrega la historia de Navidad contada por el evangelista Mateo, podemos acercarnos a apreciar la brillancia de este quizá incomprendido monarca, quien logró reinar por más tiempo que cualquiera de sus antecesores o sus sucesores, mantuvo un grado de paz y estabilidad en una de las regiones más inestables del mundo antiguo, y supo maniobrar con gran habilidad diplomática las relaciones entre dos culturas tan opuestas lo fueron Roma y Jerusalén.








